lunes, 9 de febrero de 2009

Un domingo liviano








Como todos los domingos mi despertador suena un poco más tarde de lo normal, es decir con cuatro horas de retraso.
Miro por la ventana, y entre las celosías se asoma un rayo de sol que me pega justo en mi ojo derecho.
Trato de engañarme que en realidad es sábado, pero después de muchos intentos no pude convencer a mi conciencia. ¡Es domingo!
¡Hasta hay olor a domingo!
Por fin logro escaparme de los tentáculos de la cama, esa especie de pulpo de pluma que me abraza y que con los años aprendí a amar.
-Y como no va ser así, si los seres humanos pasamos más de la mitad de nuestras vidas durmiendo- me comentó alguna vez un amigo que solo se lo ve cuando sale la luna.
Me levanto, preparo el desayuno y me dedico a pensar. Leo parte del periódico que el diariero semanalmente emboca en la casita de madera de Brutus, el perro de mi vecina.
No me preocupo, se que los domingos son así.
En la mitad de mi café veo un titular que no me causa sorpresa.
“ En Córdoba hay un divorcio cada dos casamientos”.
Casualidad o no, la noche anterior nos habíamos reunido en la casa de unos amigos que nos dieron la noticia.
-Estamos haciendo los trámites del divorcio-
Ellos solo hacia tres años que estaban casados y seis de novios.
Nadie lo podía creer. Excepto Adolfo.
Mi amigo, el psicólogo, tenía su propia teoría.
Algún que otro fin de semana Adolfo y yo salimos al mediodía para hacer las compras del famosos “asadito” dominguero. En el “hiper” siempre vamos directo a la carne y muy rara vez a la verdulería.
Pero en esta oportunidad la escena fue diferente.
Él se detuvo, miró fijamente una manteca con un envoltorio todo verde, y enfurecido me dijo a los ojos:
-¡¿Sabés por que se separaron los chicos?!-
-No, ¿ por qué?- le respondí con miedo, preparado para esquivar la manteca.
-¡Por ser un producto “ light”!
-¿ Que? – Pregunte casi al borde de la risa
Sí, escuchaste bien. No te das cuenta que todo lo light, todo lo "liviano” esta de moda.
Todo es ligero, superficial.
Hay que tomarse todo sin calorías, sin compromiso.
La palabra light tiene una mirada positiva con respecto a los alimentos, pero no así como modelo de vida.
En este sentido todo carece de interés, la imagen es lo preponderante. Es lo cálido.
-¿Me vas siguiendo negro?
-Sí, ¡como no te voy a seguir si te está escuchando todo el super!
-El hombre es liviano, no se compromete con nada, y cuando un producto o una persona no le gustan , los cambia por otro- prosiguió casi sin aliento
Todo es pasajero, relativo. La vida, la democracia y por supuesto la pareja.
-Creo que es una buena analogía, pero también se que si no bajas la vos el flaco que acaba de comprar la coquita light la va abrir con tus dientes.
Por fin llegamos a casa.
Carbón, vinito y unos salames le daban el marco a este domingo que se hizo más llevadero.
El humo y el olorcito a asado me recordaron que definitivamente no soy simpatizante de lo Light. Además estaba comprometido con el matambre que estaba frente a mí.
Trín- trín ( no es un perro, es el timbre)
-¿ Quien es?
-¡Luquixxx!
-Paréntesis- Siempre hay algún amigo que huele el asado desde su casa.
Y así pasó el domingo.
Truco, mate, y más amigos que respondieron a la negro-señal
Y la frutilla del postre, o el chisme que en toda reunión del sexo femenino cotiza en euros.
Nos enteramos que la patada voladora que recibió mi amigo ( el recién separado) tampoco fue nada liviana. Es más, creo que ella le calculó el golpe como para que no tenga descendencia directa desde ese momento.
¿Causa?
Su mujer descubrió la relación subida en calorías que mantenía con una vecina del 4to "A"